Por Nuria Hernández Sellés. Directora e-learning La Salle

Aunque el e-learning se relaciona principalmente con aquellos procesos de enseñanza-aprendizaje soportados en tecnologías, quienes nos dedicamos a esto del e-learning tenemos una concepción bastante más amplia de su espectro de intervención. El e-learning y las tecnologías que lo soportan se han posicionado en nuestros días como un elemento estratégico en los procesos organizativos que implican flujos de información, contacto entre miembros de la organización y colaboración, tanto con el cliente interno como con el externo. Una vez realizada la gran inversión en tecnologías, probablemente la cuenta pendiente de las organizaciones reside en una adecuada Gestión del conocimiento soportado en TICS, que aproveche el potencial de conectar a las personas para añadir valor a la organización.

En este sentido, Peter M. Senge, director del Center for Organizational Learning en el MIT Sloan School of Management, declarado “Estratega del Siglo y una de las influencias de mayor impacto en el modo en que hoy entendemos los negocios” por el Journal of Business Strategy en Septiembre de 1999, entiende como modelo de excelencia y estratégico lo que él denomina “Learning Organizations”, Organizaciones que aprenden. Según Senge este tipo de organizaciones que aprenden son lugares donde las personas desarrollan su capacidad para crear resultados que realmente desean, donde se potencian nuevos patrones de pensamiento y en los que se da rienda suelta a las aspiraciones colectivas. En ellas las personas se encuentran aprendiendo continuamente para entender el conjunto del que forman parte e integrar ese conocimiento en su proceso de trabajo.

El aprovechamiento de las fuertes inversiones en tecnología y del potencial de potenciar el aprendizaje informal y el contacto entre los miembros de la organización puede revertir en beneficios tan relevantes como:

– Sostener la innovación, dado su potencial para desarrollar y compartir el talento individual y global en la organización conectando personas con intereses e inquietudes comunes

– Desarrollar y retener el talento, motivando a los trabajadores a crecer y hacer crecer a la empresa y desarrollando un sentimiento de pertenencia

– Favorecer  un conocimiento más profundo y sistémico de la organización desde procesos de comunicación horizontal –y vertical- y con una apuesta por una organización que aprende de forma continua.

– La conexión de las personas y del conocimiento se convierte también en un valor fundamental en procesos tan clave como los de expansión, internacionalización o de alianzas estratégicas en los que la flexibilidad y la transmisión de cultura organizativa, gestión de procesos y Know-How son decisivos

Desde luego, la tecnología en si misma tan solo es una herramienta que debe utilizarse con una alineación estratégica. Este aprovechamiento conlleva una cultura organizativa acorde con sus objetivos, una estrategia en una visión a medio-largo plazo implementada con esfuerzo y constancia. Sobre todo requiere entender el verdadero objetivo, el por qué y para qué y cómo, desde la dirección estratégica de las organizaciones. El e-learning tiene mucho que aportar en la cuenta pendiente que todavía sigue siendo la gestión del capital humano. La principal inversión está hecha, pero no así el cambio más importante.