Por Ignacio Martínez Mayoral. Director del Programa Superior en Negociación Estratégica e Internacional de La Salle IGS Business.

El uso del role-play, proponiendo situaciones que deben ser resueltas por el participante, es moneda común en programas de formación orientados al entrenamiento de habilidades sociales. Aplicado a la pedagogía de la negociación, ¿cuál es su efectividad y en qué casos puede ser aplicable?

En la enseñanza de materias relacionadas con la resolución de conflictos, en general, y la negociación, en particular, la simulación es de especial importancia, dado que ofrece a los estudiantes una oportunidad para experimentar situaciones que pueden encontrarse en el futuro, proponiendo una oportunidad cercana a la realidad en que aplicar el contenido teórico aprendido en el aula.

Sin embargo, el uso del role-play como herramienta de aprendizaje tiene sus limitaciones y, en ocasiones, sus contraindicaciones.

¿Por qué usar simulaciones?

En el estudio Games, Claims, and New Frames: Rethinking the Use of Simulation in Negotiation Education (2013) que compila lo investigado y escrito acerca de esta materia en el campo de la negociación, sus autores Daniel Druckman y Noam Ebner señalan seis percepciones de los docentes al elegir a la simulación como una de sus herramientas favoritas:

– Mejora la motivación por aprender y el interés del estudiante en la materia que se enseña.

– Mejora el aprendizaje conceptual, las habilidades de toma de decisiones y las habilidades de análisis sistemático.

– Impulsa el estudio posterior de la materia.

– Desencadena un cambio de perspectiva en el estudiante e incrementa su empatía y aprecio por las circunstancias ajenas.

– Mejora el auto-conocimiento y la auto-confianza de los participantes.

– Promueve mejores relaciones estudiante-estudiante y estudiante-profesor.

Hablamos de percepciones de quien hace uso de esta técnica pero cabría preguntarse, además, de su eficacia real en comparación con otras herramientas a su alcance para favorecer el aprendizaje de lo que se transmite.

¿Es más efectivo el role-play que otras técnicas?

En su recorrido por las distintas publicaciones orientadas a medir la efectividad de la técnica de simulación en lo referente a la retención conceptual y aprendizaje global, los autores señalan que coinciden dos claros patrones en la mayor parte de estudios.

Primero, los estudiantes de materias relacionadas con las ciencias sociales que lo hacen a través de simulaciones no muestran un mejor aprendizaje que aquellos que utilizan otros métodos para estas mismas materias. Segundo, las simulaciones mejoran la motivación de los participantes, relacionando el término “motivación” con conceptos como la actitud positiva hacia la materia o el deseo de seguir realizando este tipo de actividad, entre otros.

Aunque, según los autores, la simulación puede no ser tan efectiva para lograr los objetivos de aprendizaje, en negociación por ejemplo, como se percibe popularmente, los docentes harían bien el fijar metas concretas a lograr mediante esta técnica, igual que se hace con la utilización de otras herramientas, el tiempo dedicado a estas actividades y en qué momento utilizarla, para potenciar los beneficios inherentes.

Alternativas al role-play tradicional

Otra de las conclusiones de los autores del mencionado estudio, se orienta hacia la necesidad de evolución del role-play tal y como que se entiende hoy en día.

En este sentido, comparten la idea del “adventure learning” o aquella experiencia diseñada en la cual el estudiante abandona el entorno habitual del aula, al menos en cierto grado, y conduce interacciones reales que tengan que ver, directa o indirectamente, con las habilidades de negociación.

Para potenciar este aprendizaje libre se sugieren diferentes ejercicios que pueden caer en esta categoría:

– Experiencias en el aula con implicaciones reales para el estudiante

– Simulaciones role-play en contextos reales en las que los estudiantes se relacionan con negociadores profesionales

– Tareas en las que los estudiantes deben negociar por sí mismos

– Tareas en las que los estudiantes deben aplicar fuera del aula un concepto aprendido en clase

– Una oportunidad para observar o participar en negociaciones reales

– Experiencias fuera del aula que no implique negociar necesariamente pero que mejore la comprensión de la negociación.

El uso del role-play en negociaciones reales

En un reciente artículo Larry Susskind, Fundador de Consensus Building Institute y profesor en el MIT y destacado miembro del Programa de Negociación de la Harvard Law School, se pregunta acerca de la efectividad de las simulaciones como herramienta para potenciar la búsqueda de soluciones creativas en un conflicto real.

Tras describir algunos ejemplos, Susskind plantea que además del uso habitual como herramienta docente o como parte de un proceso de investigación, la técnica de role-play puede tener un papel determinante en la preparación de negociaciones de la vida real, siempre y cuando la simulación:

1. Se diseñe de un modo muy realista.

2. Se conduzca por un instructor experimentado que ayude a los participantes a compartir sus reflexiones.

3. Incluya instrucciones tanto generales como particulares para que los participantes sientan la fuerte presión del ceñirse a un guión tal y como les sucede en la vida real; y

4. Se lleve a cabo por los participantes de las negociaciones reales, de tal modo que esos individuos puedan explorar opciones que de otra manera pudieran ser omitidas o desechadas.